Esta figura del Entroido de Vilariño de Conso entronca con la tradición de otros protagonistas de carnavales en la provincia de Ourense. Cada pueblo de Vilariño tiene un boteiro propio, un hombre o mujer de la localidad.

Su vestimenta se caracteriza por una elaborada camisa blanca, adornada con cintas de raso de distintos colores cosidas formando frunces, sobre la que llevan la corbata. Los pantalones son de raso rojo con flecos cosidos, con un cinturón con cencerros.

La máscara se compone de careta, con bigote, patillas y barba, y una pantalla de forma rectangular con dibujos que varían en cada parroquia. Cambia el atuendo del boteiro de Mormentelos, con una estructura a modo de sombrero en vez de la máscara de Vilariño y cintas sueltas en la camisa.

En la mano lleva la monca, una vara o bastón, con la que abre paso al fulión, que se encarga de liderar.

El fulión o folión consiste en una agrupación de personas de todas las edades y de un mismo pueblo. Este grupo recorre las calles de pueblos vecinos tocando tambores, y bombos, que se elaboran en el propio municipio, así como guadañas y otros aperos de labranza.

En Vilariño de Conso, cada parroquia o pueblo tiene un sonido diferente que los identifica y diferencia del resto de núcleos de población y que se traslada de generación en generación.

Tradicionalmente, las personas que participan en un mismo fulión ”visten con un mismo atuendo: pantalones y chaleco de pana, camisa de lino, una boina o sombrero y los “galochos”.

En Vilariño, el día grande del desfile de fulións es el sábado de Entroido, cuando se realiza el desfile en el que participan los grupos de todas las parroquias y de ayuntamientos limítrofes.

Las fuliadas o foliadas recogen la tradición del humor popular y el escarnio que son características de la época carnavalera. Aquí se representan distintas piezas satírico-burlescas, generalmente en verso, en la que participan una o varias personas disfrazadas.

Un maestro o maestra de ceremonias se encarga de presentar e hilar las distintas piezas, así como de despedir el acto, pidiendo disculpas por si alguien se ofendió por la foliada.

Esta representación es típica de la provincia de Ourense. Aunque en Vilariño de Conso se perdió durante varios años, se ha intentado recuperar en años recientes.

El Entroido de Vilariño de Conso comienza la semana antes del propio Carnaval. El jueves de esa semana es el Jueves de Compadres, que vendría a ser nueve días antes del sábado de Entroido. Aquí, las mujeres cuelgan un muñeco vestido con ropas de los hombres del pueblo, que estos deben intentar bajar. Se organizan batallas entre las personas de ambos sexos en las que tradicionalmente se empleaba harina.

El siguiente jueves, dos días antes del sábado gordo, es el Jueves de Comadres, en el que se giran las tornas y son los hombres los que elaboran el muñeco y las mujeres las que deben recuperarlo.

Hoy en día, estas celebraciones se complementan con una cena en cada una de las jornadas: la “cena de compadres” y la “cena de comadres”. Es también habitual que su celebración se desplace al viernes siguiente a cada ocasión.

Estas figuras son las protagonistas del Jueves de Compadres y el de Comadres. En el primero, las mujeres elaboran el lardeiro, un muñeco, tradicionalmente de paja, vestido con piezas de ropa que se encargaban de robar a los hombres del pueblo. En la siguiente semana es el turno de la lardeira que, esta vez, preparan los hombres y visten con ropas de las mujeres del pueblo.

Lardeiro y lardeira se cuelga en uno de los puntos más altos del pueblo. Habitualmente estas figuras se mantienen expuestas durante las fiestas de Entroido hasta que el Martes de Carnaval se queman para enterrarse en el Miércoles de Ceniza.